Historiografía
Historiografía
A menudo considerada la meta-historia, es decir, la Historia de la Historia, se trata de una disciplina que investiga el modo en que se construye la Historia oficial (escrita) de las naciones y el modo en que ésta fue preservada en documentos o en escritos de alguna naturaleza.
La historiografía es el arte de escribirla, pero la historiografía es también la ciencia que se encarga de estudiar la historia. El énfasis en su condición de "arte" (τέχνη tékhnē) o "ciencia" (ἐπιστήμη epistḗmē) es uno de los objetos de debate metodológico más importante entre los historiadores, con abundante participación de intelectuales que han reflexionado sobre ello, dada su posición central en la cultura. Para una parte de ellos, ni siquiera puede hablarse de "historia" en singular, puesto que la condición de relato de sus productos los convierte en "historias" en plural. Para la mayor parte de los historiadores contemporáneos, en cambio, es irrenunciable la condición científica de la historia, o al menos la aspiración a tal condición ("ciencia en construcción"), e incluso está muy extendida la visión que no percibe ambos rasgos (ciencia y arte) como estrictamente incompatibles sino como complementarios.
El concepto de historiografía también se emplea para nombrar
al conjunto formado por la obra de carácter histórico y al estudio crítico y
bibliográfico de los textos que giran en torno a la historia.
Es importante no confundir la historia con la
historiografía. La historia es el pasado en sí mismo y la narración de los
sucesos importantes que tuvieron lugar en él. La historiografía, en cambio, son
los métodos y los conocimientos que se usan para la descripción de los
acontecimientos históricos. Por eso suele decirse que la historiografía es la
ciencia de la historia.
Estructura de la historia: culturas y civilizaciones
La historia es un proceso de sentido único, o sea, vectorial (de lo simple a lo complejo, etc.); pero este movimiento no es uniforme ni homogéneo, sino que se concreta en el espacio y en el tiempo en culturas y civilizaciones, que constituyeron a modo de ramificaciones del gran tronco de la Historia al que hoy, cuando la Historia se hace Universal, planetaria o global, vuelven a la manera de afluentes. Unas y otras constituyen la respuesta (los medios materiales y formales desarrollados por la comunidad humana para mantener y mejorar sus condiciones de vida) que determinados grupos humanos han dado al problema de la vida en sociedad, válida en tanto que posibilitó la duración de esas comunidades hasta su disolución o integración en otras posteriores. Así, emplea el término
- CULTURA para los pueblos que aún no han alcanzado la revolución urbana, y el de
- CIVILIZACIÓN para designar los logros, tanto materiales como espirituales, de aquellos pueblos que ya la han rebasado
Esta diferencia suele implicar otra: Los pueblos que han
permanecido o permanecen en el estadio de la cultura interpretan la realidad
mediante mitos (pensamiento mítico) y tienen una concepción cíclica del tiempo;
en cambio, los pueblos que acceden a la civilización, sin renunciar a los
mitos, desarrollan la ciencia (pensamiento científico) como instrumento para
explicar lo real y una idea vectorial del tiempo, lo que aplicado a su propia
realidad da como resultado la aparición de la conciencia histórica, de la
historiografía y de la Historia.
La historiografía, en definitiva, se dedica a estudiar el
ordenamiento de los acontecimientos en las narraciones de la historia,
analizando su estructura lógica y los vínculos de causa-efecto. También
investiga el estilo de los textos históricos para evaluar si logran cumplir con
sus objetivos persuasivos o informativos.
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