Sigilografía

domingo, 4 de octubre de 2020

Sigilografía


 Sigilografía

La sigilografía es la disciplina dedicada al análisis de los sellos que se utilizan para el cierre de pliegos y la autorización de documentos. Se trata de un método que se emplea en la historia, la arqueología, el derecho, la heráldica, la diplomacia y la genealogía, entre otras áreas del conocimiento.


La finalidad de la sigilografía es estudiar, de manera crítica, aquellos sellos que históricamente se han empleado para validar o para autorizar determinada documentación, ya sea estatal o privada.

El objeto de estudio de la sigilografía, por lo tanto, son los sellos: las impresiones que se obtienen a partir de la presión que se ejerce con una matriz para dejar un registro en una superficie. El sello puede estar hecho con lacre, cera, papel, metal u otro material que permita estampar un signo.

El sello medieval es uno de los más estudiados por los expertos en esta disciplina ya que en aquella época era habitual que tanto reyes como nobles y demás figuras de relevancia recurrieran al empleo de ese elemento para poder certificar sus documentos y dejar constancia de que eran ellos los que los avalaban.

Gracias a la sigilografía, se puede obtener conocimiento vinculado a las costumbres, la política y el arte de cada época. Esto se debe a que los sellos plasman diversas cuestiones propias de su tiempo en los documentos en los que se aplican.

Es importante saber que fue en el siglo XIX cuando varios estudiosos e historiadores le dieron forma a la sigilografía como la entendemos. Y es que en ese momento tomaron la decisión de hacer que la misma se pudiera convertir en una herramienta imprescindible para conocer el pasado, es decir, que se pudiera emplear como fuente histórica.

En concreto, esa fue una medida que desde el primer instante apostaron por impulsar figuras de la talla de Otto Posse, Germain Demay, Hermann Grotefend o Douet d´Arcq.

Al momento de uso, el sello tiene valor jurídico. Con el paso del tiempo, sin embargo, adquiere otros valores, como el valor histórico o el valor cultural, que son estudiados por la sigilografía.

La sigilografía y la diplomática.

La conexión entre sigilografía y diplomática se retrotrae a los orígenes de ambas disciplinas, el sello en un primer momento era estudiado por su valor jurídico y a pesar de que actualmente puede ser analizado desde otras perspectivas, siempre podrá estudiarse desde esa perspectiva, por lo que el profesor Canellas señaló que ambas son disciplinas inseparables.

La sigilografía como disciplina científica nace como parte de la diplomática. El término aparece plasmado por primera vez en 1875 dentro del tratado sobre diplomática imperial de Heumman, pero el valor jurídico de los sellos ya había sido percibido dentro de la obra de Mabillon.

Desde la perspectiva diplomática, el sello puede ser un factor externo del documento, un factor interno como elemento validatorio y también una prueba para determinar la tradición documental del acto jurídico (pudiendo detectarse falsos documentales por uso fraudulento de un sello o mediante su falsificación).

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